Clase Abierta de Integración Financiera Regional con Roberto Feletti

10 de mayo del 2011 - Clase abierta Integración Financiera Regional

con Roberto Feletti

Desde La Quinquenal – La Campora en Cs. Económicas (UBA)-, convocamos a la clase abierta que brindó el Viceministro de Economía Roberto Feletti, en el marco de la Cátedra a su cargo “Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional” de la Facultad de Cs. Económicas UBA.

Con el aula ocupada al máximo de su capacidad, el viceministro dio una clara exposición sobre los nuevos roles de América Latina en el mundo y las posibilidades de integración.

La región sudamericana se enfrenta a un proceso novedoso de convergencia política, donde comienza a asumirse a si misma como un bloque para pararse autónomamente ante la realidad global. Realidad que en los últimos años ha sufrido un cambio en los papeles, una “crisis de hegemonía”. Tras la crisis internacional del 2008/09, el grupo de los siete (conformado por EE. UU, países de la UE y Japón), perdió la supremacía poseída durante los 20 años que antecedían.

Nuevos protagonistas entran en la escena mundial, Brasil, Rusia, India y China (conocidos como BRIC) ingresan al G20, grupo de países que no solo no se ven afectados por la crisis internacional, sino que empiezan a pesar de forma significativa en la demanda global (juntos suman aproximadamente entre el 25 y el 30% del PBI global).

Este nuevo contexto coloca a la región ante la ahora factible integración financiera Latinoamericana. Situación que encuentra a la región con un creciente comercio intra americano y a la mayoría de los países que la componen, con solvencia del sector externo. Solvencia compuesta por una disminución de la relación deuda/PBI, un aumento de las reservas en los Bancos Centrales y superávit comercial.

Integración y autonomía que ya comenzaba a avistarse en el 2005, cuando Estados Unidos viene a proponer el ALCA con el fin de eliminar aranceles y abrir el mercado sudamericano a sus mercancías. En aquel momento el gobierno de Néstor Kirchner, con el apoyo de otros presidentes de Latino América supo decir no y comenzar a andar el camino de la unión Latinoamericana.

En esta línea se funda la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), la cual pretende trascender la idea del mercado común que conformaba el MERCOSUR, y en vistas de conformar un bloque con incidencia a nivel global.

En el marco de la UNASUR se comienza a discutir sobre multilateralismo, el creciente comercio permite pensar la posibilidad de una moneda local para evitar el uso del dólar en las transacciones comerciales intra americanas, fijándose como antecedentes ALADI (convenio entre los BC de cada país, con poca incidencia en la actualidad), SML (sistema de monedas locales entre Argentina y Brasil) y SUCRE. El desafío es ¿Cómo independizarnos de la oferta de dólares para sostener el comercio con fondos de los Bancos Centrales?, situación que nos haría perder cierta autonomía regional, pero nos permitiría ganar autonomía global.

Los créditos para el desarrollo son la otra meta que la Unión de Naciones Suramericanas se plantea, ante la restricción de crédito por parte del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, la CAF (Banco de desarrollo de América Latina, El Caribe y Europa, dio a la Argentina en 2009 mas créditos que el BID) y la creación del Banco del Sur (proyecto actualmente en cámara de diputados) toman fuerza. La coordinación de reservas, es otro punto sobre el que se encuentra trabajando la UNASUR, la posibilidad de crear un Fondo Latino Americano de reservas (FLAR), con el fin de proteger las monedas locales ante ataques especulativos.

Concluyendo, la región se encuentra ante el desafío de integrarse, comercial, productiva y financieramente, para formar un bloque que dispute un rol preponderante en el comercio mundial y que aproveche la crisis de hegemonía de las potencias mundiales. Para esto necesita no solo mantenerse solvente e independiente en su política económica, si no la coordinación de los caminos a seguir por cada país que la integra, específicamente teniendo en cuenta el peso de la economía brasileña y la forma en la que puede afectar a la región posibles cambios en el rumbo de su economía.